jueves, 9 de agosto de 2012

DISTRAER CON EL EJEMPLO: 
(OTRO VIEJO TRUCO BANDISTA)

El Truco de BRAN consiste en distraer de la cuestión importante y nuclear con el ejemplo anecdótico que se usa para ilustrarlo. 

Estos días tenemos un buen ejemplo de ello. 

Resulta que la situación está llegando a un punto tan grave que hay cada vez más gente que tiene que rebuscar en la basura para comer cada día. ESA ES LA CUESTIÓN. ESE ES EL TEMA CENTRAL.

¿Y de qué se habla?¿qué ocupa titulares, portadas, tertulias, etc.? No el tema eje, lo realmente importante, sino la anécdota que lo rodea: que si un alcalde de un pueblo roba en un supermercado, que si el Ayuntamiento de Gerona pone candados a los contenedores para que no se abran para coger comida de la basura,.. 

Estos temas ocupan páginas y horas de radio sin entrar al fondo de la cuestión. Oigo mucho más hablar de si hay que meter en la cárcel al asaltador de supermercados que de la gravedad de vivir en un país en el que el hecho de que haya gente que para dar de comer a sus hijos cada día tenga que rebuscar en la basura se ha convertido en algo significativo.

Es un truco muy viejo para distraer y manipular el de centrarse en el ejemplo para velar la cuestión de fondo. Los más hábiles lo usan durante la propia conversación para cambiar de tercio y hacer olvidar al auditorio de qué se estaba hablando criticando el ejemplo puesto para ilustrar y explicar lo que se quería decir.

Y la mejor prueba de lo que sostengo es que habrá quien considere esta entrada que hoy hago desde el punto de vista bandista y presuma que al introducir el ejemplo del robo en los supermercados estoy a favor o en contra del acto.

El “uso interesado de los ejemplos” es la forma clásica de puesta en práctica de este mecanismo. El bandista entiende que quien usa un ejemplo para ilustrar una idea está de acuerdo con el ejemplo puesto independientemente de la idea que ilustraba.Por ello hay que tener mucho cuidado al elegir los ejemplos que pones para ilustrar tus ideas pues los necios manipularán el mensaje de la siguiente manera: 

El “manipulador tergiversante” (el interlocutor bandista, el medio de comunicación tendencioso, el partido político interesado, etc.) distraerá al auditorio respecto al mensaje de fondo que se quería ilustrar centrándose en el ejemplo mismo, usándolo como cortina para tapar el argumento a ilustrar con aquel. Tratará de cambiar el peso. Hacer que lo importante pase a ser el ejemplo, no el tema que se quería explicar con él. Sutilmente se trata de cambiar el centro del discurso del tema central al ejemplo concreto.

Hay que estar muy atento a estos juegos de manos pues es fácil caer. El manipulado incurrirá en el error de intentar defenderse de este tipo de acusaciones (que es lo que quiere el que las introduce), distrayéndose de lo importante y dejando perder protagonismo el verdadero mensaje central, olvidando la parte importante del discurso. No hay que dejar que cambie el tercio. Hay que retomar el tema principal del discurso rápidamente para evitar la distracción aun a costa de ser etiquetado por “silencio otorgante”

Además quien actúa así usará toda la batería de falacias de manera inmediata y sobre la presunción dejada caer como semilla de cizaña, abonará con derivaciones sobre la base del bandismo (“y si defiendes a este es que eres de los suyos”), de la agrupación de ideas, ("Y entonces estarás de acuerdo con que cada uno se tome la justicia por su mano"), frentismo (“y si la defiendes es que estás contra el PP”), etc., etc. Ya hemos ido viendo cómo funciona esto.

Este tipo de tergiversación consistente en tapar lo importante con lo anecdótico, distraer del fondo con la forma, etc. se usó de manera meticulosamente planificada en los procesos abiertos contra el Juez Garzón [1]. Consiguieron que se dejara de hablar de la necesidad de recuperar la memoria histórica o del derecho a un lugar de descanso digno para los fusilados y represaliados. Se logró que el tema central pasara a ser si el Juez actuó o no a sabiendas de estarse saltando una norma. Se dejó de profundizar en la corrupción política. Se pasó al derecho de los imputados a su intimidad y del secreto profesional en la relación abogado-cliente (derecho a que no se graben sus conversaciones con sus abogados en las que dicen cosas que les pueden incriminar). No pienso justificar si estoy a favor del juez o no. Iría contra todo lo que sostengo en este blog. Me limito a ilustrar lo fácil que es para los poderosos y los medios hacer girar el discurso y distraernos de lo importante. También lo vimos cuando tras destapar toda la basura de las actuaciones ilegales de las tropas americanas en Afganistán a través de Wikileaks, Julian Assange fue acusado de violación. Los medios dejaron de hablar de los escándalos descubiertos para centrarse en la anécdota. Buen truco de los servicios de inteligencia americanos.

En este caso el espíritu crítico reside en aplicar la llamada “regla de Bran” que consiste en preguntarse si la disconformidad se tiene con el ejemplo usado para ilustrar una idea o con la idea misma (¿Cuál es la idea que el autor ha querido expresar? ¿Cuál el ejemplo? ¿Con qué se está en desacuerdo de los dos?).

Por ejemplo: se puede estar de acuerdo conmigo en esta teoría y no comulgar con el robo en los supermercados.

[1] En aplicación de este viejo truco bandista el hecho mismo de usar este ejemplo me convierte automáticamente para algunos en un rojo”, “progre trasnochado”, etc.
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Por favor lector, cuando  no estés de acuerdo conmigo en algo  a lo largo del blog (que espero sean muchas veces)  aplica siempre la “regla de Bran”. Pregúntate si la disconformidad la tienes con el ejemplo que he usado para ilustrar la idea o con la idea misma (¿Cuál es la idea que quiero expresar?¿Cual el ejemplo?¿Con qué estás en desacuerdo de los dos?).-Nota del autor-

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