lunes, 30 de mayo de 2016

LOS "PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DEL BALÓN"



Corría el año 1918. Aquel verano el patriarca de la poderosa familia Rotschild recibió una misteriosa convocatoria. A la misma acompañaba una relación de otros invitados el encuentro. Se le citaba para tratar "asuntos de la máxima importancia" en la villa austriaca de Bildelberg. Intrigado por la presencia en aquella lista de invitados de los nombres de alguna de las testas coronadas de Europa y de, lo que era incluso más importante, los de los industriales más ricos del mundo, decidió aceptar la invitación.

Este es un extracto de las actas de la mencionada reunión:

".. A la vista de la sangría en vidas de nuestros trabajadores y mano de obra en general que la gran guerra está suponiendo y resueltos a detener tal pérdida de recursos para nuestras potencias y empresas resolvemos:

..que a partir del fin del siguiente conflicto que tenemos previsto para el periodo 1939-1945 y que, aparte de sernos de sumo interés ya se encuentra en una fase de preparación imposible de detener, introduciremos en las costumbres del poblacho nuevos medios de dirimir diferencias y canalizar la violencia y agresividad que hasta la fecha tan bien nos ha venido para lo que reconduciremos las tensiones y enfrentamientos locales y nacionales a nuevos espacios distintos de la guerra.

Para ello nos valdremos del nuevo invento que tan rápido se está extendiendo entre las clases populares llamado foot-ball y que tan buena acogida está teniendo.

Haremos de esta manera un gran servicio a nuestras comunidades evitándoles el gratuito derramamiento de sangre (o al menos lo reduciremos a puntuales peleas entre los aficionados) que sin duda se nos agradecerá sin saber que está motivado por espurios intereses. Todo ello lo haremos derivando así la natural agresividad de nuestros ciudadanos hacia otras vías de escape. A nadie se le esconde que lo hacemos por supuesto en nuestro beneficio para enfrentarnos así al enorme coste en vidas que para nuestra cadenas de producción están teniendo las guerras pasadas, actuales y las que tenemos previstas para el futuro cercano.

Esta medida junto a la creación de ejércitos profesionalizados que se hagan cargo de nuestras guerras sin robarnos los medios humanos de la población civil permitirá aumentar las ganancias en nuestra cuenta de resultados hasta que se materialice nuestro próximo reto orientado a la robotización completa de las cadenas de producción.

También es evidente que de este nuevo invento llamado balón-pie podremos hacer uso para tener controlados a los mandos intermedios mediante la corrupción que llevará aparejada la construcción de los necesarios espacios para su desarrollo y visionado, las concesiones de lugares para los campeonatos así como de los derechos de retransmisión por el nuevo invento que permitiremos que vea la luz acabada la segunda gran guerra y llamaremos "visión-lejana". Ello servirá a nuestros intereses en un segundo frente al que llamaremos en nuestro plan "alienación de las masas" y que, gracias a la distracción, nos permitirá hacer nuestra voluntad sin excesiva presión de los sindicatos, soviets y organizaciones de trabajadores que se verán incapaces de superar la falta de motivación en la defensa de sus posiciones ante el atontamiento de los afectados.

El foot-ball será la nueva forma de guerra entre pueblos y naciones, entre ciudades, entre vecinos. Una forma menos cruenta y más civilizada que permitirá reducir las muertes de la población asalariada y proletaria, y así dejará de preocuparnos este aspecto en la producción..."